Tormenta histórica de Murray
Tormenta histórica de Murray
El canadiense juega un partido para el recuerdo en una noche de récord. Le acompañan Jokic, Porter Jr y un Campazzo con el que compartió pista en sus mejores tramos.
Jamal Murray ha sido uno de los jarros de agua fría, por ahora, de estos Nuggets 2020-21 que han sido un jarro de agua fría… por ahora. Después de sus heroicidades (esto se puede aplicar a ambos, Murray y los Nuggets) en la burbuja de Florida, no han llegado ni la regularidad ni la estabilidad ni el paso al frente para ir más allá. El equipo fue finalista de Conferencia en Walt Disney World y no ha parecido mejor que eso en 29 partidos (16-13 ahora) sino todo lo contrario. Murray demostró entonces que era un talento de all star cuando era capaz de rondar su mejor nivel de forma estable, no solo en unas explosiones de calor que ya eran, antes de esos últimos playoffs, de las más destructivas de la NBA.
Pues a los Nuggets, tras una derrota horrible en Washington, les cayó como una bendición un partido en Cleveland que, ajustes del calendario de pandemia, no estaba en su programa inicial. Y lo aprovecharon para mostrar su mejor cara. La que les hace peligrosos, la que los podría convertir (aunque parece que tampoco será este año, veremos) en una alternativa de poder real en el Oeste. Influye, claro, que el rival (103-120 final) eran estos Cavaliers que están en barrena tras un brillantísimo inicio de temporada: nueve derrotas seguidas ahora y 10-20. Pero influye sobre todo que todo lo bueno que tienen los de las Rocosas hizo click a la vez. Y no había pasado apenas en esta irregular temporada.
Eso empieza con Murray, claro. El canadiense que está a punto de cumplir 24 años y que juega ya bajo extensión de 170 millones por cinco años. Cuando aparece su versión suprema, cada dólar parece justificado. Solo hace falta que lo haga en semanas completas, casi en partidos enteros y no en combustiones discontinuas. En Cleveland Murray detonó un talento que llega a ser febril, incontrolable: 50 puntos con un 21/25 en tiros de campo, 8/10 en triples, solo una pérdida y ¡ni un tiro libre lanzado! Es la primera vez en la historia de la Liga en la que un jugador llega a 50 sin pasar por la línea de personal. Y es el segundo mejor porcentaje (84%) en un partido de esa puntuación, solo por detrás del 87% de Wilt Chamberlain en 1967 (53 puntos, 20/23 en tiros). Alrededor de varios partidos incomprensiblemente buenos de Chamberlain, estaba Michael Jordan (53 con 24/29). Ahora está Murray, que dejó atrás también los 48 puntos que Kareem Abdul-Jabbar y Hakeem Olajuwon (dos pívots, no por casualidad) habían logrado sin lanzar tiros libres.
“Da igual quién me defendiera, pero eso es así todas las noches”, dijo después de reventar un partido que llegó ya casi sin constantes vitales al último cuarto (82-95). Murray anotó los 13 primeros puntos de los Nuggets en el parcial definitivo, incluidos tres triples en poco más de un minuto y 20 puntos totales a pesar de que se sentó los últimos 2:23, ya con el trabajo evidentemente hecho. Con su compañero en trance, Nikola Jokic (cumplía ayer 26 años) se pudo permitir ejercer de mero facilitador: 16 puntos, 12 rebotes, 10 asistencias, su séptimo triple-doble de la temporada. Y Michael Porter Jr (22 años), el joven de cuyo descorche dependen buena parte de las opciones de llegar muy lejos de estos Nuggets, tuvo un día pleno (no están abundando, precisamente): 22 puntos, 21 en una primera parte en la que los Murray había sumado 20 y los Nuggets habían descargado (50-69) toda su capacidad ofensiva sobre un rival absolutamente inferior.
Ayudó, veremos si son líneas maestras para el futuro, que Porter Jr jugó mucho de cuatro y Murray pasó muchos minutos en el dos, sin el balón en las manos. El primero pasó menos tiempo como alero puro por las lesiones de Millsap y un Green que cayó nada más empezar. Sin Gary Harris, otra vez fuera, el segundo adaptó su rol y compartió pista más minutos de lo habitual con Campazzo, que volvió a tener un partido sólido, completo y productivo: más de 28 minutos en pista, 10 puntos, 3 asistencias, 2 robos y 2/3 en triples. Y esa conexión con Murray que abre posibilidades, para él en lo individual y para Michael Malone en la evolución de un equipo que ha sido por ahora una decepción pero que tiene un talento incontrolable cuando se libera. El de Porter, el del genial Jokic y el de este Murray que fue una ola de calor descontrolada en su paso por Ohio. Un recital para el recuerdo.
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