¡¡Yulimar Rojas la lía con 15,41 en triple, segundo salto de la historia!!
¡¡Yulimar Rojas la lía con 15,41 en triple, segundo salto de la historia!!
La venezolana se quedó en Andújar a nueve centímetros del récord del mundo. Fue plusmarca de Sudamérica, de Venezuela y el mejor salto de los últimos 24.
El Meeting de Andújar sólo tenía pendiente para poner el cierre un salto. Era el último intento en triple Yulimar Rojas, y fue colosal, casi de otro planeta. Un, dos y tres. Caída en la arena y la venezolana salió enloquecida, corriendo por toda la pista, haciendo el avión. Sólo quedaba ver la medición… ¡y fue 15.41! El segundo mejor salto de la historia del triple femenino, a nueve centímetros del récord mundial de Inessa Kravets, fijado en 15.50. “Me quita el sueño”, reconoce Yulimar, que cada vez está más cerca.
La venezolana, de 23 años, llegaba a la pista jiennense con la rabia acumulada de haber sido derrotada en la final de la Diamond League, en un mal día. Y lo resolvió a lo grande. Primero un vuelo de 15,03 en el tercer intento. Sólo quedaba ajustar la batida con Iván Pedroso, el nueve veces campeón del mundo, que ahora dirige los pasos de Yulimar. Esas charlas tuvieron sentido, porque llegó a esos 15.41. Explotó de ilusión Rojas, que se abrazaba a Pedroso y a su representante Alberto Suárez, al que le había pedido competir en Andújar porque la pista “tiene magia”.
Con el registro adelanta a Françoise Mbango (15,39), a Tatiana Lebedeva (15,34), a Devetzi (15,32) y a Ibargüen (15,31). El 15.41 es, aparte de la segunda mejor marca de la historia, muchas más cosas. Es récord de América, de Sudamérica, de Venezuela y el salto más largo de los últimos 24 años, porque la plusmarca de Kravets fue el 10 de agosto de 1995. Ahora la que más lejos llega es una venezolana, Yulimar Rojas, y lo consiguió en una ciudad de Jaén, en la pista mágica de Andújar.
Este saltazo hace a Rojas retomar el papel de favorita en los Mundiales de Doha (27 de septiembre al 6 de octubre) en los que defiende el título que logró en Londres 2017. Su gran anhelo es el oro olímpico en Tokio 2020 y, por supuesto, el récord mundial. Está a nueve centímetros.
¡Neymar marca un gol y da una asistencia en el empate de Brasil!
Después de más de tres meses alejado de los campos, el delantero del PSG regresó y fue el gran protagonista del empate de la Canarinha ante Colombia (2-2).
Neymar volvió y volvió haciendo lo que se espera de él: gol, jugadas geniales y una que otra polémica. Más de tres meses después de la lesión sufrida en el amistoso ante Qatar y que le quitó de la Copa América, el delantero del PSG fue el gran protagonista de un electrizante empate (2-2) entre Brasil y Colombia disputado en el sofocante calor de Miami. La estrella canarinha dio el pase para el gol de Casemiro y marcó el segundo de su equipo. Muriel marcó los dos de los colombianos, el primero de penalti.
Neymar comenzó el partido algo tímido, todavía demostrando la falta de ritmo tras tanto tiempo parado. Y Colombia aprovechó la apatía brasileña y tuvo dos oportunidades de abrir el marcador en los primeros minutos. Primero con Zapata, que falló un cabezazo desde el área chica y después con Cuadrado, que tiró raso y cruzado desde la frontal del área rozando el palo derecho de Ederson.
Hasta que en el minuto 19, Coutinho intentó un remate que acabó rechazado a córner para Brasil. Y en este momento comenzó el show de Neymar.
Mientras se dirigía a la banda para sacar el tiro libre, la hinchada colombiana, gran mayoría en el estadio, le dedicó un enorme abucheo. Entre los pitos, el delantero del PSG cogió el balón, se posicionó, levantó la cabeza, miró hacia el área y alzó la pelota con perfección a la cabeza de Casemiro, que remató para marcar el 1-0. Neymar, inmediatamente, miró hacia la grada y se llevó la mano izquierda a la oreja, pidiendo que le siguieran abucheando.
La pequeña afición brasileña todavía conmemoraba cuando, tres minutos después, Alex Sandro cometió un error infantil que acabó en el gol de empate de Colombia. Tras un centro para Muriel, el lateral del a la Juve levantó demasiado el pie para intentar rechazar el balón y le dio con los tacos en el pecho del delantero del Atalanta. Penalti que el propio Muriel transformó e incendió a la hinchada cafetera. Empujada por la euforia de la grada, Colombia tomó el mando del partido y pasó presionar a Brasil, principalmente a la espalda de Alex Sandro, que hizo pésimo partido.
Ahí, en el 34’, salió el gol de la remontada colombiana, cuando Zapata arrancó por el medio y lanzó en profundidad a Muriel que arrancaba libre en una avenida dejada por el lateral de la Juve en la banda izquierda de la defensa brasileña. El delantero del Atalanta entró en el área con mucha velocidad y remató cruzado y potente, a la escuadra de la portería de Ederson.
Pero fue en la segunda parte cuando se vio la mejor versión de Neymar. El delantero volvió enchufado y buscó el balón constantemente, demostrando la energía de quien necesitaba desahogarse haciendo lo que más le gusta. En el 58’, fue el quien marcó con oportunismo el gol de empate de su equipo después de una bonita jugada colectiva. Coutinho vio a Dani Alves arrancar libre de marcaje por la banda derecha y lanzó un pase largo desde casi el centro del campo para el capitán de la selección que dominó y centró raso para Neymar que se anticipó entre dos centrales en el área chica y remató para marcar el 2-2. Con el tanto, Neymar suma cuatro goles y siete asistencias en los ocho partidos que disputó tras el final del Mundial de Rusia.
Neymar se encendió y buscó arrancadas, desbordes y fue el arquitecto de prácticamente todas las jugadas de ataque de Brasil, lo que le obligó a Carlos Queiroz mover hasta tres jugadores de su defensa al sector derecho de su campo para intentar frenar a la estrella brasileña.
En el 73’ Neymar sufrió un penalti clarísimo que el árbitro no señaló, de Dávinson Sánchez, que le empujó en una arrancada y el delantero acabó chocando con toda la cara en el muro de publicidad. El brasileño se encaró con el rival, se quejó con el árbitro y discutió con otros colombianos mientras las pantallas gigantes del estadio enseñaban la falta clara. Pero sin VAR, no hay vuelta. Y el partido siguió, con Neymar encendido, pero sin más goles.
Brasil ahora se enfrenta a Perú el martes con un Neymar hambriento, con ganas de más
¡¡Una España agónica ya está en cuartos de final del Mundial!!
No resolvió el partido del miedo contra Italia hasta los últimos segundos. Llull aguantó en el primer cuarto, Juancho tiró la puerta en el tercero y Claver estuvo gigante en el rebote.
El día que Marc Gasol no anotó su primera canasta hasta el minuto 39 del partido, eso sí, importantísima (62-56), una España agónica tiró del otro baloncesto para ganar a Italia bordeando el umbral del sufrimiento. La victoria en el partido del miedo, sudadísima y gracias a ese grupo de secundarios puesto en cuestión todo el verano, mete a España en los cuartos de final del Mundial. Este domingo sabrá su rival y también la sede, Shanghái y Dongguan, dependiendo de su resultado con la tremenda Serbia. La victoria acerca el objetivo de las medallas, y también el de los Juegos y, admitiendo las bajas y el plantel con el que aterrizó en China, el objetivo de mínimos está. Y es para celebrarlo. Porque el día que no estuvo Marc hubo que tirar del mejor Juancho que se recuerda en la Selección; de un gigantesco Claver (7 puntos, 9 rebotes) y una suma de intangibles valiosísima para la Selección. De un Llull cuya determinación permitió a España sobrevivir en el primer cuarto, de Rudy que se dejó medio tobillo para que Belinelli terminase con 2/11 en tiros y de un Ricky valiente y con buen pulso en los últimos para llevar a España a unos cuartos en un día en la que la Selección no fue brillante pero sí todo corazón.
El partido fue un thriller. Todo estaba a oscuras en España en el partido hasta que apareció Llull. Con 5-15, y aunque era prontísimo en el partido, la Selección estaba empezándose a asomar al abismo en un partido que era a vida y muerte y en el que perder el tren de Italia tan pronto hubiera resultado delicadísimo. Scariolo llamó al menorquín porque Ricky estaba espeso y la empanada defensiva del bloque de los titulares era evidente. Del 5-15 se pasó al 18-18 al final del primer cuarto gracias a los secundarios. Willy hizo los puntos de pívot que Marc, confundido por Biligha en todo el partido, no pudo en los dos primeros cuartos, Ribas se quitó el miedo del triple y todos, también Oriola, contagiaron espíritu defensivo. Quien guió todos esos buenos propósitos fue Llull. Un triple nada más entrar (10-15) inspiró confianza a la Selección, que fue recuperando terreno, pero que no pudo aprovechar la primera ventaja que se le presentó en el partido. Rudy anotó un triple (25-24) y Ribas otro (28-24). Italia, además, cometió la cuarta personal de equipo en el ecuador del periodo, pero España no lo aprovechó. Ricky y Marc salieron a la pista sin acierto otra vez. El de Sant Boi firmó unos números marcianos en la primera parte para lo que acostumbra: 0/4 en el tiro, una pérdida de balón y un -10 en el más/menos del equipo que contrastó con el +9 de Willy. La defensa, no obstante, mantuvo a España en el partido. Desde el 5-15, mordió a Italia, que acabó la primera parte con un 34% de acierto en el tiro, incluido un flojo 22% en el tiro de tres.
Marc Gasol salió el primero del vestuario tras el descanso. En los prolegómenos del partido había estado hablador con Ricky. Ahora salió a lanzar solo, pero tampoco empezó acertado. Se notaba su voluntad para cambiar el rumbo de su partido, pero nunca encontró su sitio. Pero en el tercer cuarto fue de Juancho al que al fin tiró por la puerta. El madrileño martilleó en el poste, metió de fuera y hasta se gustó con una canasta extrañamente anulada por pasos. Juancho y un dos más uno de Ricky condujeron a España a la máxima del partido (46-38) pero España no tuvo continuidad. Estaba muy tensa. En la pista y fuera. Otro arreón de Italia dejó el partido colgando del aro. Al final del tercer cuarto, España sólo ganaba 50-48.
España empezó el último cuarto con Ricky y Marc en el banquillo y con dos faltas en los primeros ataques italianos. Italia lo empató (50-50) y Scariolo le hizo un gesto a Marc. Era su momento. El ganador del anillo no anotó pero el partido estaba en otra cosa. Italia le volvió a poner otra banderilla al partido. Un triple de Gallinari dejó a la Selección con cuatro puntos de desventaja (52-56) a cuatro minutos para el final. El tiempo muerto de Scariolo hizo efecto. Dos tiros libres de Llull, un mate de Claver y una canasta de Ricky después de dos buenas defensas. Sacchetti intentó imitar a Scariolo, pero a él no le salió. España volvió a anotar y Marc, ¡al fin! anotó una canasta, pero qué canasta, que terminó de tumbar la resistencia de los italianos. Scariolo, que nunca falla en estos partidos y que tampoco falló en este (Italia acabó con un 38% de tiros de campo), suspiró profundamente camino del túnel de vestuarios. La agónica España está en cuartos.
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