¡¡Irving, Antetokounmpo, Kawhi, Embiid... empieza la lucha por el trono de LeBron en el Este¡¡
¡Bernardo Silva y Sané dan el derbi de Manchester al City¡
Sus goles dejan al Manchester City con dos puntos de ventaja sobre el Liverpool a falta de tres jornadas. A los de Guardiola les falta medirse a Leicester, Burnley y Brighton.
Bernardo Silva lo llevaba avisando durante toda la temporada; sin estridencias, sin personalismos, sin ego. Todo por y para el equipo. Y ha tenido que ser en Old Trafford, en el partido más importante que le quedaba al City en lo que resta de temporada, con permiso de la final de la FA Cup ante el Watford, donde ha resumido un año brillante en una gran actuación. Su gol y el de Sané dejan al Manchester City con dos puntos de ventaja sobre el Liverpool a falta de tres jornadas en las que los de Pep se medirán a Leicester y Burnley, que no se juegan nada, y a Brighton, que sí que pelea por no descender.
El partido se definió desde el primer momento por una gran intensidad y demasiadas pulsaciones en los jugadores, acompasadas con las de una ciudad que ha convertido este derbi en uno de los partidos más atractivos de la Premier League. A pesar de la igualdad de fuerzas inicial, los minutos fueron pasando y las costuras de los Red Devils fueron viéndose cada vez más, un roto en el que estaba hurgando un Bernardo Silva que está siendo uno de los mejores jugadores de la temporadadesde el minuto 1. Suyo fue el gol, justo antes de la hora de partido, con un disparo raso al palo corto de De Gea, y suya fue gran parte de la culpa de la superioridad de los suyos.
El United también tuvo sus oportunidades, como una que falló inexplicablemente Lingard a puerta vacía (lleva sin marcar desde diciembre),pero la falta de puntería del equipo es algo que se viene viendo desde hace varias jornadas. Tan solo dos disparos a puerta y dos goles de penalti en sus tres anteriores encuentros, hablaban de un conjunto que ha perdido el colmillo que tuvo en un primer momento con Solskjaer. Los del noruego se desbandaron, intentando crear un caos que fue más propio que del rival y, tras un maravilloso sprint de Sterling, Sané convirtió un disparo en el que De Gea seguramente pudo hacer mucho mássi hubiese intentado despejar el balón con las manos en vez de hacerlo con los pies.
El resultado deja tocados a los Red Devils, que llevan dos victorias en sus últimos nueve partidos, pero no tanto gracias a que tanto sus rivales más directos están pinchando últimamente. El Chelsea lo hizo a principios de semana y hoy el Arsenal también ha caído por 3-1 ante el Wolves de Nuno, por lo que aún no está todo perdido. Este domingo se medirán a los Blues también en Old Trafford, en lo que se presenta como la enésima final para ellos y un examen a un Solskjaer que no ha dado resultados desde que le ofrecieron un contrato fijo.
El equipo rojiblanco, bajo un diluvio, hizo los deberes y ganó al Valencia, con goles de Morata, Griezmann y Correa. Gameiro y Parejo empataron por dos veces. El Barça aún no es campeón.
Deberá esperar el alirón del Barça. Un Barça pendiente ayer de este partido, el que podía hacerle campeón sin moverse del sofá. Sólo tenía que perderlo el Atleti. Saltó Marcelino en el Metropolitano sin Cheryshev, rodilla rota, Guedes en la izquierda y dos delanteros arriba, Gameiro y Mina, sin experimentos. Era el equipo que más se jugaba, ser cuarto, la Champions, en esta tarde de canción de Quique González, tarde de perros, fría, lluviosa y desapacible, ante una grada llena de paraguas y huecos allá donde llegaba el agua, ante 43.531 valientes.
Marcelino le regaló al Atlético el balón de inicio, obligándole a llevar el control mientras sus hombres esperaban agazapados en su propio campo tras un tren y un autobús. Pero salieron los rojiblancos como si todavía se jugaran LaLiga y el Barça no enfríe ya el cava de la celebración. El pundonor es el primer mandamiento del cholismo. La referencia era Lemar, que abría el camino con su regate, el puñal lo llevaba Morata en la bota. En el minuto 8 haría bailar al Wanda Metropolitano bajo la lluvia y la banda sonora del gol.
Porque Morata es un jugador-bendición para cualquier centro, dando una master-class de movimientos cada partido. Le buscaba Koke, le encontró Juanfran, que recorrió la banda con su antigua piel de interior. En el segundo palo apareció Morata para el remate, superando a Garay. Todo había comenzado en Lemar. En Lemar y una apertura. Un Lemar que hacía poesía bajo la lluvia.
Seguía el Atleti con el mando, con Juanfran y el francés muy abiertos, llegando mucho, con circulación y transiciones rápidas. Lemar le hacía rotos a Wass en cada duelo en la banda. Tardaría el Valencia en asimilar el golpe. Pero en cuanto lo hizo, su réplica subió al marcador.
Se había ido diluyendo la amenaza rojiblanca, tenía el Atleti el balón pero sin ocasiones, y Marcelino se dejó de trenes y autobuses. Parejo y Guedes dieron un paso adelante, subió el Valencia la presión, Simeone cambió a Lemar de banda. Avisó primero Guedes, con una contra que llenó el aire del área de Oblak de presagios. Los firmaron entre Mina y Gameiro en la jugada siguiente.
Se había ido diluyendo la amenaza rojiblanca, tenía el Atleti el balón pero sin ocasiones, y Marcelino se dejó de trenes y autobuses. Parejo y Guedes dieron un paso adelante, subió el Valencia la presión, Simeone cambió a Lemar de banda. Avisó primero Guedes, con una contra que llenó el aire del área de Oblak de presagios. Los firmaron entre Mina y Gameiro en la jugada siguiente.
Porque marcar marcó el segundo, que no celebró, o si lo hizo fue tibio, pero la medalla que brille en el pecho del primero. En dos movimientos y un sombrero quebró a Rodrigo y a Godín y, en medio del fragor del corazón del área, tuvo pausa y temple. Decidió no tirar sino regalarle el balón a Gameiro para que lo estampara en la red de Oblak. Ayer no le faltó un dedo ni le sobró media bota cuando pateaba, como tantas veces le ocurría en el Atleti. El descanso llegó justo después de un cabezazo de Santi Mina que se marchó fuera entre un puñado de uys.
El gol de Griezmann y sus réplicas
Tras las charlas del descanso y un caldo para entrar en calor regresó el partido donde había comenzado: gravitando alrededor de Lemar. Un Lemar que pedía más foco y protagonismo, incansable. Encaraba, templaba, se asociaba con Morata, Koke y Griezmann. Así llegó el 2-1. Tras una jugada colectiva y un gol de cabeza de Grizi, que se comió a Gayà. Lolololo cantaba la grada, como si lluvia hubiera dejado de mojar.
Se fue Guedes (enfadado) y Oblak hizo su paradón de cada partido ante Carlos Soler. Se fue Filipe (ovacionado) y Neto desbarató con el pecho un remate a bocajarro de Morata (en fuera de juego). Se venía otro chaparrón. De goles. Dos en cuatro minutos. Primero de Parejo, para empatar, después de que el árbitro consultara la pantalla del VAR y castigara con penalti una mano de Saúl, ahí ya lateral zurdo, ante un remate de Gameiro. Después de Ángel Correa, el trueno que Simeone a menudo se guarda en el banco como carta maestra. Si alguien necesita menos para lo imposible es él. Con un palmo, un chispazo le basta.
Recibió de Thomas en la frontal y sólo se giró para el golazo. Sublime rosca ajustadísima al palo. El cava en el Camp Nou seguirá enfriando. Su alirón tendrá que esperar unos días. El mejor Lemar ya no.
¡¡Irving, Antetokounmpo, Kawhi, Embiid... empieza la lucha por el trono de LeBron en el Este¡¡
Boston se juega el proyecto, los Sixers, El Proceso; los Bucks quieren la reivindicación y los Raptors dejar atrás años de fracasos en playoffs. La ventaja de campo, clave.
Empieza lo bueno en el Este. Después de una primera ronda insustancial y de la que es muy difícil sacar conclusiones, la lucha por la corona de LeBron James tendrá su primera gran batalla. Las semifinales de Conferencia serán el primer escollo que se tendrá que superar para acercarse al vacío trono de 'El Rey'. Los cuatro equipos que se postulaban como favoritos a principio de temporada se juegan ahora el año en esta eliminatoria.
No son unos cruces cualquiera. Cada equipo se enfrenta a su lucha particular, una pelea contra sí mismo. Boston se juega el proyecto, los Sixers, El Proceso; los Bucks quieren la reivindicación y los Raptors dejar atrás años de fracasos en playoffs. La ventaja de campo, tan importante tradicionalmente en playoffs (sobre todo en el Este) será una de las claves a tener en cuenta en las eliminatorias.
Curiosamente, y para rizar más el rizo, los dos equipos que han protagonizado unsweep en primera ronda se enfrentan entre ellos: Celtics y Bucks. Ambos se deshicieron con comodidad de Pacers y Pistons (especialmente Milwaukee) y se jugarán el pase a la final en un cruce que enfrenta al primero contra el cuarto. Por otro lado, los que más dudas han presentado en esta primera batalla serán los que jueguen la otra semifinal. Segundos en la regular season, los Raptors se deshicieron de los Magic tras perder el primer partido, mientras que los Sixers (terceros) también se dejaron el primer encuentro ante los Nets para luego ganar cuatro seguidos y pasar a segunda ronda.
La eliminatoria entre la histórica franquicia de Boston y el joven equipo de Budenholzer se antoja como la más interesante. Por cómo se ha desarrollado el año del conjunto de Stevens y por la forma en la que han dominado los Bucks, los mejores de lejos en una temporada regular en la que han sido los únicos en llegar a las 60 victorias.
Los Celtics se juegan el proyecto que comenzó con la llegada de su actual técnico en 2013. Desde que finalizó la era de Garnett, Pierce, Doc Rivers y compañía, solo hubo un año de transición y de ausencia en playoffs antes de volver a la fase final. Desde entonces, solo han mejorado. Tras dos derrotas en primara ronda, la franquicia empezó a recoger los frutos y jugó su primera final de Conferencia desde 2012 con Isaiah Thomas como hombre fuerte. La llegada de Irving hace ya dos temporadas impulsaba al equipo, y su ausencia no impidió repetir final en el Este el pasado año, donde cayeron ante LeBron a pesar de jugar el séptimo en casa.
Este año se las prometían, pero la fase regular estuvo llena de dudas. Las dudas sobre la continuidad de Irving, la falta de química en el vestuario y los irregulares resultados no hacían presagiar nada bueno, pero en primera ronda han puesto la directa y han demostrado que la post temporada es su terreno. 4-0 ante Indiana. No es la primera vez que esto pasa. Stevens ha demostrado ser un entrenador de playoffs. De hecho, su techo en la regular season se queda en las (nada desdeñables) 55 victorias del año pasado, pero su gestión siempre se ha caracterizado por lo competitivo que ha hecho a los suyos en las eliminatorias por el título, sobre todo en casa, donde si juntamos el año pasado con este suman un récord de 12-1 en los partidos disputados en el Garden.
Llevan dos años llamando a las puertas con insistencia y quieren el trono del Este, pero no lo van a tener nada fácil: los Bucks han sido un equipo muy sólido toda la temporada y tienen ventaja de campo, algo que se antoja, repetimos, clave en las semifinales. Antetokounmpo ha alcanzado su máximo desarrollo como jugador (y lo que le queda), y tienen una plantilla compensada y decidida, que ha arrollado a los Pistons y que ha conseguido regularse durante todo el año para llegar a perfectas condiciones a esta ronda.
El duelo de Budenholzer con Stevens promete. El primero ya demostró ser un gran técnico durante los 82 partidos de la fase regular con los Hawks, y puede conseguir su segundo premio a Mejor Entrenador del Año en la presente campaña. Pero en su etapa en Atlanta no dio con la tecla en la fase final. Veremos si este año es distinto. Ni los Celtics tienen ningún jugador con capacidad (en teoría) para frenar a Antetokounmpo, ni los Bucks para hacer lo propio con Irving, un hombre que se examina en esta ronda y del que los aficionados esperan mucho.
No se juegan lo mismo. Una derrota de los Bucks sería dolorosa, pero asumible por la juventud de Giannis y siendo el primer año de Budenholzer en el banquillo. Pero en Boston se juegan el proyecto. Perder en segunda ronda podría tener consecuencias para ellos, y la continuidad de Irving podría depender de lo bien que se le den este año los playoffs. Si los 'verdes' consiguen arrancar una victoria en los dos primeros partidos en Milwaukee, el Garden podría dictar sentencia, pero en principio, la ventaja de campo le da el cartel de favorito (por poco) al equipo de un Pau Gasol que podría estar recuperado para esta eliminatoria. Los retornos de Brogdon para los Bucks y de Smart para los Celtics también se esperan, y podrían ser claves para el desarrollo del choque.
Kawhi busca resarcirse ante un Proceso que se examina
La otra semifinal tiene también mucho juego. Y mucho nivel. Los Raptors se han chocado una y otra vez en playoffs en las últimas temporadas, mientras que los Sixers tienen, esta vez sí, el primer gran examen desde que se inició el famoso Process. Son dos equipos que mezclan perfiles de jugadores que tradicionalmente han dado campeonatos. En Toronto parten con ventaja de campo, y con buenas sensaciones tras los últimos duelos ante los Magic en primera ronda. Las llegadas en febrero de jugadores como Marc Gasol han completado la plantilla, la experiencia de hombres como Danny Green podría antojarse clave, y Siakam está mostrando un nivel superlativo en playoffs... pero todos los ojos están puestos en Kawhi Leonard.
El alero llegaba tras una temporada polémica y en blanco con los Spurs, y ha hecho los mejores números de su carrera. Del nivel que ha mostrado contra Orlando es difícil sacar conclusiones, pero ahora sí que deberá ser decisivo. El hombre que derrotó a LeBron en las Finales de 2014 es el que ahora quiere ocupar su trono. Seguramente haya un momento en el que la eliminatoria esté en sus manos... y ahí tendrá que responder.
Les esperan los Sixers. Están en un momento extraño. La pasada temporada se quedaban en semifinales (este año por fortuna evitan a Boston, su bestia negra) dando la sensación de que les faltaba algo más. Pero en esta campaña, con Butler y Tobias Harris en el equipo y con el superlativo nivel de Embiid, se espera mucho de ellos. No convencieron en la fase regular y tardaron en hacerlo ante los Nets, pero salvaron los muebles y ahora falta por ver cómo compiten en el verdadero examen de su proyecto. El proceso llega a su culmen, pero tiene a Butler, Harris y Reddick como agentes libres para el año que viene, y no se sabe qué puede pasar con ellos (en Philadelphia quieren mantener el bloque). Brett Brown también se la juega. Una eliminación en semifinales cuando el objetivo es la Final de la NBA podría tener consecuencias, y algunas miradas se dirigen hacia el banquillo de Philadelphia. Gestionar tantos egos nunca es sencillo...
De una forma o de otra, parece que está claro que vamos a vivir dos eliminatorias de mucho nivel. De hecho, hacía mucho que no se veía tanto nivel en las dos semifinales del Este. Hay mucho en juego. Los cuatro esperaban a principio de año llegar lejos en la fase final, y los cuatro compiten contra rivales temibles. Tendrán que poner todas sus cartas sobre la mesa si no quieren echar a perder un año que puede ser clave para las franquicias... y para sus estrellas.
Bucks, Celtics, Raptors, Sixers. Antetokounmpo, Irving, Leonard y Embiid. Se juegan la corona del Este. Una corona que está muy cara. Y para conquistarla, deberán luchar contra sus rivales, contra la alargada sombra de LeBron James... y contra ellos mismos.
¡¡Lillard entra en la historia: un triple sobrehumano y 50 puntos le dan el pase a los Trail Blazers¡¡
Los Blazers tuvieron que remontar en el último cuarto. El partido lo salvó Lillard, que culminó su actuación con un triple fuera de lo común.
Los Thunder están eliminados. Los Blazers completaron su venganza. El equipo de Oregón pasa a la siguiente ronda de los NBA Playoffs, el primer equipo que accede a las semifinales de la Conferencia Oeste, con un partido taquicárdico que acabó en éxtasis para ellos. Las pulsaciones subieron a máximos históricos, igual de histórico que el triple con el que Damian Lillard completó sus 50 puntos y ganó el partido
Damian Lillard (50 PTS) buries the three for the #TissotBuzzerBeater and the @trailblazers advance to the Western Conference Semifinals with the 118-115 Game 5 victory! #ThisIsYourTime #RipCity#NBAPlayoffs pic.twitter.com/cVqLJkHLR4— NBA (@NBA) 24 de abril de 2019
Se le vieron algunas grietas a los Blazers, pero qué mas da (ahora). Ya habrá tiempo de que Terry Stotts y su equipo de técnicos reflexione. La contienda la tuvieron perdida varias veces, pero sobre todo en el último cuarto: un 4-17 de parcial abría el periodo decisivo y ponía a los Thunder de Russell Westbrook, que ya estaba en triple-doble (terminó con 29 puntos, 11 rebotes y 14 asistencias), y Paul George, que volvió a luchar contra su salud (acabó con 36 decisivos puntos), con 15 de ventaja. El terreno era yermo para OKC: McCollum andaba con numerosos errores y Aminu no estaba fino en las dos áreas de influencia.
Lillard sabía que era el momento. Llevaba toda la eliminatoria soportando un duelo con Russell Westbrook más allá del juego que al final le ha hecho la envolvente a 'Brodie'. Su manera de llevar al equipo, ejerciendo de salvavidas y manteniendo la calma en el momento de más desesperación, es elogiable, todavía más si le pone una guinda tan dulce como ésa. El cara a cara ha sido bueno, no lo neguemos.
En esta ocasión Westbrook es sólo una anécdota, el '0' de los Thunder jugó bien (mucho mejor que en los demás partidos, dónde va a parar) pero era tarde. Los Blazers han llegado embalados desde que se lesionó Jusuf Nurkic, han completado la venganza por partida triple (nunca mejor dicho con cómo se ha resuelto todo).
A los Thunder les ha pillado todo a contrapelo. Paul George, con el hombro como lo tiene, sacó la guadaña en forma de tiros lejanos y llegó casi hasta la extenuación. Jerami Grant, fuerte todo el año y flojo en esta eliminatoria, emergió para intentar salvar los muebles. Son otros dos jugadores que, además de Westbrook, lo dieron todo. Pero no, no hay más que discutir: "siguiente pregunta
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