¡¡Liverpool y Bayern dejaron los goles para la vuelta¡¡
¡Esposa de Icardi lo habría engañado con un compañero de equipo¡¡
El delantero del Inter de Milán y ex Capitán del mismo, Mauro Icardi, habría sufrido una indelidad por parte de su esposa Wanda Nara, quien habría estado con el mediocampista croata Marcelo Brozovic, ambos son futbolistas del Nerazzurri.
El rumor inició, cuando la propia esposa de Icardi exhibió en una historia de su Instagram quemando fotos donde aparece junto al argentino.
The King Corona Magazine apuntó que, el argentino se enteró de dicha infidelidad y habría solicitado el divorcio a Wanda –quien es madre de sus dos hijas (Francesca e Isabella)- e incluso no querría que Nara siga siendo su agente.
Por otra parte, Brozovic demandará al dueño de la revista italiana por “difamación” y negó lo que habrían dicho de él, “nunca ha habido ninguna relación ni nada con la Sra. Wanda Nara”.
Andrus comienza los entrenamientos en una nueva posición¡¡
Este lunes, el pelotero criollo Elvis Andrús comenzó a entrenar con los Rangers de Texas,pero lo más curioso de su preparación fue el cambio de posición, donde seguramente estará a cargo en la próxima campaña de las Grandes Ligas.
El jugador dominicano, Adrián Beltré está retirado, por lo que el venezolano Andrus deberá asumir el rol de líder en la franquicia y el tener la responsabilidad de ocuparse en una nueva posición a sus 30 años, es claro ejemplo de que deber ser el líder del conjunto texano.
“Es algo que como jugador, cuando tienes más años y más experiencia, estás esperando”, argumentó Andrus a medios internacionales. “Creo que es natural que esto suceda, ser capaz de liderar a los muchachos y ayudarlos”.
Claramente el veterano criollo tendrá una innovación en su carrera por lo que estará más enfocado en seguir mejorando para ofrecerle lo mejor a su equipo y ahora sin la ayuda de Beltré deberá plasmar toda su experiencia, además de ser el jugador con más años en los Rangers.
Nueva tarea sin Beltré
Adrián anunció su retiro el pasado mes de noviembre, despidiéndose del beisbol y abriendo su oportunidad en el Salón de la Fama. El dominicano disputó 21 primaveras con cuatro franquicias, además de ser elegido al Juego de Estrellas en cinco ocasiones, ganador del Guante de Oro y registros de 3.166 imparables con 477 bambinazos.
“Cuando estás extrañando eso, es duro”, reconoció Andrus. “Para mí es imposible intentar ponerme en sus zapatos o que alguien más trate de llenar sus zapatos... Es tiempo de que todos se levanten y den el siguiente paso”
Tras la ausencia de Beltré, el nativo de Maracay ocupará su espacio y mantendrá sólido su talento para la próxima zafra de las mayores.
¡¡Liverpool y Bayern dejaron los goles para la vuelta¡¡
Érase una vez el cuento de dos equipos cuyo ser estaba concebido para marcar goles, preparados a atacar y con la portería como único objetivo, dos equipos llamados Liverpool y Bayern de Múnich, a los que un duelo en Europa los condenó a tener miedo a buscar el gol y encontrar una victoria que se perdió en las gradas de Anfield (0-0).
La condición de eliminatoria a ida y vuelta en estos octavos de final maniató a ingleses y alemanes y les ayudó, especialmente a los bávaros, a especular con un resultado que lo deja todo abierto para el duelo en Múnich. Jürgen Klopp se llevó la victoria particular de no encajar en casa y Niko Kovac la de que su rival no sacara ventaja de Anfield. Al final, todos, más o menos, contentos.
Cada uno llegó con sus propias dudas, los locales, escasos de centrales, con las bajas de Virgil Van Dijk, Joe Gomez y Dejan Lovren, por lesión, y los visitantes por la hegemonía cedida en Alemania.
Kovac avisó en la entrevista previa al partido de que lo que más ansiaba era evitar un arrollamiento 'Red' en los primeros veinte minutos y su equipo respondió poniendo el ritmo del encuentro.
Los alemanes templaron la temperatura del encuentro y controlaron la salida de ambos conjuntos, llevando el encuentro a un terreno muy alejado de la locura que se vivió aquí en otras eliminatorias, con la retina aún puesta en aquel 3-0 que el Liverpool le endosó al Manchester City la temporada pasada.
Pero Anfield era una caldera a punto de explotar, un volcán al que cualquier movimiento, por pequeño que fuera, le iba a hacer erupción. Y ese aleteo de mariposa fue un pase en profundidad de Jordan Henderson para que Salah, en escorzo, probara los guantes de Neuer.
Respondieron los bávaros con una buena jugada de Gnabry por banda izquierda y un centro que Joel Matip casi metió en su portería si no fuera por un bien colocado Alisson.
Pese a que los problemas en la salida de balón escocían a ambos equipos, el Liverpool comenzó a aprovecharse de la inoperancia arriba de los muniqueses y pasada la media hora inclinó el campo a la meta de Neuer.
Llegó la más clara, en las botas de un Mané que se giró, completamente solo tras un rebote, dentro del área, a escasos metros de la portería. Le pegó desviada con el tobillo. Y al tremendo fallo le siguió un puñado de ocasiones, la mayoría de ellas, en un impreciso Mané.
No mejoraría el senegalés en la segunda parte y, aunque los ingleses sostuvieron más el balón, el miedo a ganar (y a perder) atenazó a ambos conjuntos. Ninguno decidía bien cuando llegaban a los últimos metros y Klopp, con la entrada de James Milner y Divock Origi dejó claro que el no recibir goles también valía.
En la vuelta, el próximo 13 de marzo, ya no podrá existir ese miedo a ganar. Ya no le quedará otra a Bayern y Liverpool, dos equipos condenados al gol y castigados con el 0-0.
La condición de eliminatoria a ida y vuelta en estos octavos de final maniató a ingleses y alemanes y les ayudó, especialmente a los bávaros, a especular con un resultado que lo deja todo abierto para el duelo en Múnich. Jürgen Klopp se llevó la victoria particular de no encajar en casa y Niko Kovac la de que su rival no sacara ventaja de Anfield. Al final, todos, más o menos, contentos.
Cada uno llegó con sus propias dudas, los locales, escasos de centrales, con las bajas de Virgil Van Dijk, Joe Gomez y Dejan Lovren, por lesión, y los visitantes por la hegemonía cedida en Alemania.
Kovac avisó en la entrevista previa al partido de que lo que más ansiaba era evitar un arrollamiento 'Red' en los primeros veinte minutos y su equipo respondió poniendo el ritmo del encuentro.
Los alemanes templaron la temperatura del encuentro y controlaron la salida de ambos conjuntos, llevando el encuentro a un terreno muy alejado de la locura que se vivió aquí en otras eliminatorias, con la retina aún puesta en aquel 3-0 que el Liverpool le endosó al Manchester City la temporada pasada.
Pero Anfield era una caldera a punto de explotar, un volcán al que cualquier movimiento, por pequeño que fuera, le iba a hacer erupción. Y ese aleteo de mariposa fue un pase en profundidad de Jordan Henderson para que Salah, en escorzo, probara los guantes de Neuer.
Respondieron los bávaros con una buena jugada de Gnabry por banda izquierda y un centro que Joel Matip casi metió en su portería si no fuera por un bien colocado Alisson.
Pese a que los problemas en la salida de balón escocían a ambos equipos, el Liverpool comenzó a aprovecharse de la inoperancia arriba de los muniqueses y pasada la media hora inclinó el campo a la meta de Neuer.
Llegó la más clara, en las botas de un Mané que se giró, completamente solo tras un rebote, dentro del área, a escasos metros de la portería. Le pegó desviada con el tobillo. Y al tremendo fallo le siguió un puñado de ocasiones, la mayoría de ellas, en un impreciso Mané.
No mejoraría el senegalés en la segunda parte y, aunque los ingleses sostuvieron más el balón, el miedo a ganar (y a perder) atenazó a ambos conjuntos. Ninguno decidía bien cuando llegaban a los últimos metros y Klopp, con la entrada de James Milner y Divock Origi dejó claro que el no recibir goles también valía.
En la vuelta, el próximo 13 de marzo, ya no podrá existir ese miedo a ganar. Ya no le quedará otra a Bayern y Liverpool, dos equipos condenados al gol y castigados con el 0-0.