Juan Martín Del Potro, campeón en Indian Wells por primera vez

Cristiano Ronaldo está imparable y sigue guiando al Madrid

Cristiano Ronaldo / EFE
El Real Madrid ganó 6-3 al Girona en un partido eléctrico en el que apareció la mejor versión de Karim Benzema, que renació para apoyar al insaciable Cristiano Ronaldo, autor de cuatro goles que, unidos a los de Bale y Lucas Vázquez, sirvieron para doblegar a un gran rival.

Zidane ha confiado durante toda la temporada en Benzema. Lo hiciera bien, regular, mal o fatal, criticado por el público o aplaudido, el técnico francés nunca ha señalado a su delantero. Siempre ha contado con él y, por fin, en el tramo decisivo del curso, Benzema parece que ha renacido justo a tiempo.

Lo hizo al lado de un equipo que claramente cambia con Lucas Vázquez, Kovacic y Asensio, y sin Modric, Bale e Isco. Es más directo, más arriesgado. Tal vez más atractivo, más vistoso. Es electricidad pura.

Tal vez ese juego apareció porque el Real Madrid tenía enfrente a un equipo similar. Y es que el Girona saltó al césped del Bernabéu por primera vez en su historia sin complejos. Los hombres de Pablo Machín se jugaban ni más ni menos que continuar al acecho de la sexta plaza y demostraron que su presencia cerca de los puestos europeos no es ninguna casualidad.

De Europa trataba el partido, porque el Real Madrid sólo puede aspirar a mantener su cetro en la Liga de Campeones. Hasta el choque de cuartos que tiene que afrontar ante el Juventus, cada encuentro será un banco de pruebas. Y el Girona se convirtió en un contrincante de altura pese a ser un recién ascendido.

Es la sorpresa de la temporada. Sin duda. Tiene jugadores de gran categoría como Portu, el uruguayo Christian Stuani o el colombiano Johan Mojica, descuidado en defensa pero muy imaginativo en ataque. Los tres, respaldados por un equipo muy dinámico y atractivo, fueron un quebradero de cabeza para el Real Madrid.

Por lo menos en la primera parte, en la que el equipo de Zidane chocó contra un rival que igualó la propuesta madridista. El técnico francés confió en Marco Asensio, Lucas Vázquez y en Mateo Kovacic. y dejó fuera a Gareth Bale y a Luka Modric, que andaba algo tocado esta semana. Así, el Real Madrid adquirió voltios de corriente alterna.

Las dos propuestas chocaron como trenes, pero primero golpeó el cuadro madridista, con diez minutos iniciales verticales y vertiginosos agilizados por Asensio, muy efectivo al primer toque, con la ayuda de la mejor versión de Benzema, el hambre de Cristiano y la velocidad de Lucas y Kovacic.

En ese tiempo, Cristiano atacó con un disparo, Lucas falló un mano a mano tras un gran pase de Benzema, respondió Borja García con un lanzamiento lejano que salvó Keylor y, finalmente, Cristiano acertó con un zurdazo de puro delantero que abrió el marcador.

El tanto del portugués no arrugó al Girona, que lanzó sus balas hacia delante con Mojica al frente. El colombiano se convirtió en un quebradero de cabeza para Carvajal, que también respondió con fortaleza en un duelo precioso entre el extremo y el lateral.

Portu también se lanzó hacia la portería de Keylor en varias ocasiones. Estuvo a punto de marcar en una veloz internada por la banda derecha, pero al final fue Stuani quien empató merecidamente tras cabecear una falta lanzada desde la banda derecha por Àlex Granell.Su testarazo fue el golpe de un martillo pilón. Un golazo en toda regla. Un cabezazo de manual impresionante.

Fue el premio al atrevimiento del Girona, que aún tuvo que aguantar algún susto antes del descanso con una falta peligrosa que lanzó Asensio y un disparo lejano de Cristiano. Pero Bono también jugaba y evitó la segunda diana blanca.

Ese cambio de tendencia se mantuvo en la reanudación y, enseguida, Cristiano hizo el segundo después de aprovechar una gran acción del renacido Benzema, que habilitó a su compañero para que marcara su doblete en un mano a mano con el que no pudo Bono.

El Real Madrid se desató con el segundo tanto y se convirtió en un equipo imparable. El Girona sólo tenía una cosa que hacer, aguantar una tormenta que tuvo varias explosiones antes del final.

Llegaron casi seguidas: primero, con el tanto de Lucas Vázquez tras un pase de Cristiano en una jugada explosiva; después, a 25 para el final, con una llegada de Asensio que dejó a Benzema todo listo para marcar. Pero el francés, peleado con el gol, falló y Cristianorecogió el rechace de Bono para llegar a los tres tantos.

El Girona, ya exhausto, disfrutó de una penúltima bala con otro cabezazo de Stuani, que volvió a aprovechar un descuido en una falta para redondear un marcador que alargaron al final Bale y Juanpe, de nuevo en una jugada a balón parado, único "pero" blanco de una noche que entronizó a Cristiano con su cuarto acierto. Es un depredador.
Pero en esa locura de goles, ganó el Real Madrid, ganó el fútbol, ganó el renacido Benzema y ganó Cristiano, que no para de dar en la diana en la segunda vuelta. Y, Zidane, contento. La maquinaría para el Juventus parece bien engrasada con flecos que retocar. Justo a tiempo.
EFE

El Barcelona baila al son de Messi

Messi mostrando su paso de baile/ Foto AP
En los bailes siempre se dice que hay una persona que lleva el paso, que dirige a su acompañante y lo hace disfrutar de la danza que comparten; en el caso del Barcelona no hay ningún tipo de dudas de que ese mando solo lo tiene un personaje y una vez más lo dejó muy patente, tanto en el juego como en un paso de baile muy singular.
Lionel Messi volvió a ser especial en otra victoria del Barça. Ahora le tocó sufrirlo a un Athletic Bilbao que no pudo hacer nada contra el genio del argentino. Los blaugranas se apuntan un triunfo más que lo acerca a un título liguero que solo una caída monumental podría evitar.
El argentino está pletórico y lo demostró en otro partido en el que se encargó de pagarse y darse el vuelto. A Messi lo único que le falta para aumentar más su leyenda es que un día centre y él mismo llegue para rematar. Se divirtió desde la segunda línea creando peligro y toda su sapiencia en la gestación de juego la puso al servicio de un equipo que bailó a su son en la primera parte.
Ni las ausencias de Luis Suárez o Busquets se notaron, al punto de que fue Paco Alcácerel que marcó el primer tanto con una facilidad pasmosa. Luego fue Messi que con un zurdazo probó que puede crear, golear y bailar. Todo en un mismo encuentro. Coutinho y Paulinho quisieron también entrar a la pista, sin embargo los postes evitaron que se mostrarán en un primer tiempo pletórico de los azulgranas.

La segunda mitad bajo las revoluciones al baile que el Barcelona estaba dando. Y de una danza apasionada, pasaron a un vals ligero con el que terminaron el partido. Los rojiblancos buscaron reaccionar, pero las fuerzas y el rival no los dejaron. Llegar a Europa luce más difícil que encontrar petróleo para el Athletic, que mira resignado el sofá cómodo de la parte de media de la tabla.
Para el Barça es una hoja más fuera del calendario para llegar al trofeo y los hace soñar en grande una campaña más. No con la magnificencia y brillantez de otrora, pero igual de grande que en aquellos tiempos; y más si hasta su estrella lo demuestra bailando.

Simeone: "La sensación que tengo es que lo perdí yo"

Diego Simeone / EFE
"La sensación que tengo es que lo perdí yo, la sensación es que los futbolistas hicieron un partido enorme y creo que yo me equivoqué y no les ayudé a ganar", afirmó en rueda de prensa Simeone, que no quiso concretar en qué se había equivocado al señalar que "en cosas del partido".

Sobre el desarrollo del encuentro, que se le escapó al Atlético de Madrid en los últimos diez minutos con los dos goles del Villarreal, dijo que "fue un partido intenso".

"En la primera parte creo que lo hicimos bien y hasta su primer gol creo que lo estábamos haciendo bien, pero ellos han encontrado esos dos goles en la recta final", añadió.

Sobre la distancia de 11 puntos que separa ahora al Atlético de Madrid del líder Barcelona, apuntó: "Debemos seguir trabajando. Debemos sumar muchos puntos y después ya veremos qué va a pasar".
EFE

Juan Martín Del Potro, campeón en Indian Wells por primera vez

Juan Martín del Potro / EFE
El argentino Juan Martín del Potro se proclamó este domingo campeón por primera vez en Indian Wells, primer Masters 1000 de la temporada, al superar al suizo Roger Federer por 6-4, 6-7(8) y 7-6(2), en dos horas y 43 minutos.

Del Potro, que se hace así con el primer Masters 1000 de su carrera, se convierte en el primer argentino que gana el campeonato en toda su historia y en el primer sudamericano desde que lo lograra el chileno Marcelo Ríos en 1998.

El de Tandil disputaba su segunda final en el desierto californiano. La anterior fue en 2013, cuando perdió ante Rafael Nadal. Las otras finales de Masters 1000 que disputó las perdió ante Andy Murray en Montreal (2009) y ante Novak Djokovic en Shanghái (2013).

Federer arrancó el duelo con su solidez de costumbre, hábil buscando los desplazamientos laterales de su rival y deleitando al público con la depurada clase de sus golpes. Del Potro, mientras tanto, mostraba un revés muy mejorado y un servicio inexpugnable, además de una gran valentía subiendo a la red en momentos clave.

En el quinto juego, a los 16 minutos de partido, llegó la deseada rotura de saque para el argentino. Se la apuntó tras un error no forzado de Federer, algo que fue habitual en esa primera manga dominada por la soltura del de Tandil con la derecha, incluido un revés cruzado maravilloso con el que consolidó la ventaja (4-2).

Más adelante, se adjudicó su saque en blanco (5-3) mientras Federer recordaba al que jugó este sábado frente a Borna Coric en el primer set, indeciso por instantes y sin determinación en golpes importantes.

Del Potro se llevó con claridad el primer set, donde únicamente dejó escapar seis puntos bajo su saque.

El argentino puso en pie al estadio con un golpe por debajo de las piernas en el segundo juego de la siguiente manga, pero su rival no perdía comba y llevaba la voz cantante en el segundo set, celebrando efusivamente cada vez que aseguraba su saque.

Con 5-4, Federer dispuso de dos bolas de set que fueron neutralizadas por su contrincante, que obligó a su rival a disputar la muerte súbita. El suizo, que se mostraba desesperado por momentos con el juez de silla, pareció ganar el set, pero su primer saque resultó fuera tras la revisión del 'ojo de halcón'.

Instantes después, cometió una doble falta (6-6), pero se recuperó a tiempo -a pesar de que del Potro dispuso de un punto de partido- para enviar el choque al desempate.

El público, completamente volcado con el número uno del mundo a pesar de que florecían algunas banderas argentinas en la grada, vio cómo los dos tenistas, tocados físicamente y menos finos, mantuvieron la igualdad hasta el noveno juego, donde rompió el suizo.

Federer servía para llevarse el partido, pero no pudo materializar ninguna de las tres bolas que tuvo para levantar el trofeo. Del Potro empató el choque (5-5) y, enardecido, pidió apoyo a los espectadores poco antes de situarse a un juego de hacer historia (6-5).

En el 'tie-break', el tandilense pisó fuerte (5-0) y aprovechó el mar de errores de un descentrado Federer, que deja así con marca de 18-7 sus enfrentamientos directos con del Potro.

Federer, que llegaba al choque con un inmaculado 17-0 esta temporada, retiene el número uno del mundo del ránking ATP a pesar de la derrota. 
EFE

El Leipzig sorprende al Bayern en su feudo

Foto: @DieRotenBullen
EL RB Leipzig sorprendió hoy el Bayern Múnich, al que derrotó por 2-1 en un partido en el que pareció tomarle la medida al club bávaro con una presión permanente en todo el campo ante el que el equipo de Jupp Heynckes no encontró respuesta.

Se trata de la segunda derrota del Bayern desde la llegada de Heynckes al banquillo, y la cuarta de la temporada.

La ventaja sobre el segundo en la Bundesliga, el Schalke, es ahora de 17 puntos.

El Bayern salió con cuatro modificaciones con respecto a lo que se considera el equipo ideal -sin considerar a los jugadores lesionados- y Jupp Heynckes dejó fuera a Jerome Boateng, Javi Martínez, Franck Ribery y Robert Lewandowski para darle paso a Niklas Süle, Sebastian Rudy, Juan Bernat y Sandro Wagner.

Wagner fue el encargado de abrir el marcador para el Bayern en el minuto 11, al rematar de cabeza un centro lanzado desde el extremo derecho del área por el colombiano James Rodríguez.

James había llegado al área en una jugada que el mismo inició desde el centro del campo asociándose con Thomas Müller que le devolvió el pase tras una pausa para que el colombiano pusiera el balón en la cabeza de Wagner que definió sin problemas.

En el 37, llegó el empate con un remate de zurda de Naby Keita, tras varios rebotes dentro del área.
El segundo gol del Leipzig, marcado por Timo Werner en el minuto 56, se originó en saque largo del meta Gulascis. El segundo balón lo ganó Kevin Kampl y, tras pasar por Keita, llegó a los pies de Werner que le ganó en velocidad a la defensa bávara, llegó al área y definió ante Ulreich.
La victoria le permite al Leipzig mantenerse en las casillas que dan la clasificación a la Liga Europa y con la mira puesta en el cuarto lugar, que abre las puertas de la Liga de Campeones